Día 13 de diciembre de 1987, Estadio Nacional, en Tokio: Fernando Gomes, el mejor goleador de todos los tiempos de los Dragones, y Lima Pereira levantaban la Copa Intercontinental (y la secundaria Copa Toyota, ofrecida por el patrocinador). Los ex jugadores, que continúan unidos al FC Porto, han vuelto a alzar el trofeo, en el Museo, para celebrar los 30 años de la victoria por 2-1 frente al Peñarol, tras prórroga. El FC Porto se convirtió en el primer club portugués campeón del mundo (un título reconocido oficialmente por la FIFA en octubre de 2017) y continúa siendo el único, estatuto reforzado con nuevo triunfo, en 2004.













“Volvimos al FC Porto inmortal”, ha declarado a www.fcporto.pt y a Porto Canal el dos veces Bota de Oro, que, tal como Lima Pereira, había fallado la final de la Copa de Campeones de Europa, frente al Bayern de Múnich, en Viena, que permitió la disputa de la Intercontinental con el vencedor de la Copa de Libertadores de América. El partido se disputó en circunstancias casi impensables, debajo de un fuerte nevada, y, si es posible hablar de héroes en el fútbol, los vencedores de este partido encajan en esta categoría. “Era un ambiente adverso, pero tuvimos que luchar para conseguir un trofeo más”, afirma Lima Pereira.













Sin embargo, ambos han reconocido que, en el momento, tal vez no se hayan dado cuenta de la dimensión de la proeza realizada y de su carácter épico. Quien estuvo despierto de madrugada en Portugal para ver el partido en directo, nunca más lo ha olvidado. Después, la leyenda del partido de Tokio creció como una bola de nieve entre las generaciones siguientes.













“En aquel momento no había calor humano. Hacía mucho frío, las personas no aplaudían. Eso quitó alguna brillantez, pero lo que cuenta ahora es que fue la primera vez que un club portugués venció aquella copa. Somos bicampeones del mundo, en Portugal no hay igual y no sentimos privilegiados por hacer parte de aquel equipo”, comenta Gomes.













El antiguo delantero ha recordado los anteriores fracasos portugueses en la prueba, precisamente frente al Peñarol, en 1961, y frente al Santos, al año siguiente. “A nuestra manera, acabamos vengando la derrota del Benfica, que después perdería también con el Santos, a dos vueltas”, ha detallado. El equipo uruguayo demostraba incluso “una cierta arrogancia”: “Aquel partido es el exponente máximo para los sudamericanos, que se juegan todo allí. Nosotros estamos más unidos a la Liga de Campeones, pero a pesar de quedarnos en el mismo hotel nunca hubo enfrentamientos”.













El equipo azul y blanco, del que formaban parte nombres míticos como Mlynarczyk, João Pinto, André y Madjer, era un mezcla de “jugadores con experiencia y algunos jóvenes”, como Rui Barros. “Sobre todo, había allí espíritu de unión, además de calidad técnica. Era un equipo en la verdadera acepción de la palabra”, analiza Fernando Gomes.













La Copa Intercontinental original está expuesta en el Museo​, después de que el FC Porto venciese la última edición, frente al Once Caldas, en 2004. El coche atribuido a Madjer por haber sido considerado el mejor jugador de esta final está expuesto en la FC Porto Store, en la entrada del Museo, en cuyo Auditorio Fernando Sardoeira Pinto se proyectará este miércoles el partido, a las 11h00 y 15h00, con entrada libre.