Ha sido épico, histórico e inolvidable. En el primer partido oficial de Vítor Bruno como entrenador del FC Porto, los Dragones transformaron un 0-3 en un 4-3 en el clásico con el Sporting y conquistaron la Supercopa Cândido de Oliveira número 24 de la historia del club. Tras el encuentro, el entrenador portista elogió la respuesta de los jugadores a la desventaja y la forma cómo habían sabido sufrir cuando había sido necesario. Los aficionados, como siempre, fueron fundamentales. “Cuando la simbiosis es perfecta, las cosas acaban saliendo”, añadió Vítor Bruno.

El FC Porto
“En el fondo, ha sido la personificación de todo lo que es el espíritu FC Porto. Eso es lo que nos vincula, es lo que nos ha hecho entrar fuerte en el partido. La entrada ha sido buena y fuerte, condicionando al Sporting, que estaba incómodo, pero en una jugada a balón parado ha llegado al gol. Después del 2-0, he sentido que el equipo se perdía y que también faltaba alguna voz de mando de mi parte, pero las ganas estaban allí. Los jugadores querían ganar, era nuestro compromiso. Hemos sufrido el 3-0 y el equipo se podía haber despeñado por completo, pero hemos llegado al 3-1 y ese momento, para mí, es el momento más importante del partido.”

El descanso ha sido determinante
“Al descanso, hemos juntado a las tropas, los jugadores han captado la idea y se han lanzado a por ella. También es mérito de quienes han entrado. En el tiempo reglamentario podíamos haber hecho el 4-3, pero lo hemos conseguido en la prórroga, con alguna suerte de por medio. A partir de ahí, ha sido sufrir y saber sufrir. Nos hemos aferrado a lo que somos y a esta masa de seguidores que nos apoya. Cuando la simbiosis es perfecta, las cosas acaban saliendo.”

Un equipo que nunca se va a rendir
“Nos hemos enfrentado a un buen rival, que nos ha creado muchos problemas y que iba ganando por 3-0. No estaba todo mal hasta el 3-0, pero tampoco está todo bien por haber ganado por 4-3. Los jugadores han sido fieles a lo que les habíamos propuesto. Queremos que crean y que entiendan que, si se aferran a lo nuestro, podemos ser felices. El equipo ha dado señales fuertes, sobre todo a nivel de carácter, pero en ningún momento voy a dudar de lo que ellos pueden dar, los conozco muy bien.”

Una fuente de inspiración y de confianza
“No siempre va a ir bien, hoy ha ido bien, pero podía haber ganado el Sporting. Quiero inspirar a quienes me rodean y que los jugadores crean que todo es posible. En este club, es imposible pensar que no es posible. Tenemos un compromiso fortísimo con el trabajo diario, aquí todos somos importantes. La aceptación tiene que ser total cuando se toman decisiones y caminaremos juntos hacia donde sea necesario.”