0-1, 0-2, 0-3, 1-3, 2-3, 3-3 y 4-3. A pesar de que muchos se temían lo peor, el rey de las Supercopas entra fuerte en 2024/25 con una remontada absolutamente épica que ha supuesto la conquista número 24 de la Supercopa Cândido de Oliveira. En Aveiro, escenario del clásico frente al Sporting, el FC Porto iba perdiendo por 3-0, pero acabó venciendo por 4-3, reforzando el estatus de club portugués con más títulos: ahora con 86 conquistas oficiales.

Vítor Bruno sacó el mismo once titular que en la presentación, apostando por Galeno en vez de Iván Jaime, y Danny Namaso estuvo a punto de marcar, pero tiró por encima del larguero tras un despeje en falso de Kovacevic.

A partir de ahí, solo jugó el Sporting. En 18 minutos, los lisboetas marcaron tres veces: primero en un córner sacado por Pedro Gonçalves que Gonçalo Inácio finalizó, después en una combinación entre Gyokeres y Pote y, finalmente, por Quenda, que solo tuvo que rematar un centro bien medido del sueco. Gyokeres incluso falló un cabezazo sin oposición por el centro. La euforia era tanta que los aficionados del Sporting interrumpieron el encuentro con un espectáculo de fuegos artificiales.

Dice el refrán que el que ríe el último, ríe mejor y la inevitable reacción portista surgió a continuación, cuando Galeno aprovechó un error de la defensa rival para reducir la desventaja y llevar al encuentro a la distancia de dos en el descanso (1-3).

Los 22 que volvieron del vestuario solo estuvieron en campo un cuarto de hora más, hasta que la pareja Eustáquio/Iván Jaime entró para sustituir a Marko Grujic/João Mário y hasta que Nico González redujo distancias con un disparo que puso al rival entre las cuerdas (2-3). Con dificultades para salir y para respirar, el Sporting sufrió el empate en el siguiente ataque, cortesía de un Galeno reconvertido a lateral izquierdo (3-3) y de mucha insistencia del FC Porto.

Porque quien viste de azul y blanco nunca se rinde, Fran Navarro, que acababa de entrar, estuvo a punto de marcar dos veces en el minuto 87, sin embargo el 4-3 fue impedido por el cancerbero rival, inicialmente, y por fuera de juego, después. Además del valenciano, que sustituyó a Gonçalo Borges, Vasco Sousa ya había entrado por Nico.

El Estadio Municipal de Aveiro tembló a los 101 minutos, fruto de una carambola de Iván Jaime que traicionó al portero lisboeta y consumó un resultado nunca antes visto (4-3). Hasta el triple pitido de João Pinheiro, todavía hubo tiempo para varias réplicas del Sporting - que David Carmo, que acababa de entrar, junto con otros compañeros, se encargaron de que no tuviesen consecuencias. Sobran las palabras.